Entrevista en Sermos Galiza.
Durante todo la jornada, Pone… nas ondas! conmemora esta sexta feria, veinte años después de que una iniciativa diera sus primeros pasos en un proyecto común entre centros de enseñanza gallegos y portugueses a través de la radio. Pero Ponte… nas ondas! fue y es mucho más. Hablamos de su historia y proyectos con su impulsor, Santiago Veloso. Se puede seguir aquí la emisión en directo.
— Ponte… nas ondas! conmemora veinte anos. ¿Cómo será la jornada en la que participan más de cincuenta centros de enseñanza a través de la radio?
Se trata de una edición muy especial porque completamos un ciclo de veinte años, dos décadas en las que Ponte… nas ondas! ha ido evolucionando, transformándose y adaptándose a los distintos momentos. Empezamos siendo una experiencia de radio, luego pasamos a la radio por internet y, después, a la televisión en la red. Esta edición es una mezcla de todos estos formatos. Vamos a tener radio por ondas, con Radiofusión, por internet con la retransmisión a través de UVIGO y programas en formato podcast.
— ¿Qué «comunidad» se mueve alrededor del proyecto?
Como educadores somos conscientes de que a veces lo importante es el proceso más que el resultado final. De la elaboración de una jornada de radio muchas veces interesa más, a nivel educativo, el trabajo previo que el del propio día de la emisión. Un profesor que es sensible para hacer radio demuestra que también tiene una forma particular de enseñar, de entender la educación como un hecho activo en el que los alumnos son los protagonistas. También las estrellas de Ponte… nas ondas! son el alumnado.
— ¿Qué número de estudiantes participan no programa de radio?
Son 54 centros educativos, escuelas de primaria, secundaria, Escuelas Oficiales de Idiomas y Facultades de diferentes universidades. También contamos con la colaboración de varias radios libres. Son muchos los estudiantes y profesores implicados y, como en otras ediciones (pero en este caso de manera especial), se integró en la experiencia el mundo de la cultura, de la música y de la literatura. Este año hicimos especial hincapié en la creación literaria porque pensamos que tenía que tener una presencia clara como forma de acercar el alumnado a las personas que crean de manera directa.
— Una de las claves de la iniciativa es la cooperación entre centros de enseñanza gallegos y portugueses, ¿cómo es la respuesta de Portugal?
Por parte de los centros educativos, la respuesta es igual que la nuestra. No en número, que son menos; pero desde el punto de vista del desarrollo, la respuesta es la misma. El cuerpo docente trabaja de forma voluntaria y no es una actividad instaurada en el sistema. Tenemos un profesorado fiel y algunas escuelas que se suman en cada edición. El hecho de que la experiencia no esté regulada por el sistema educativo a veces dificulta que haya una participación regular de los centros.
— ¿Cómo será esa participación de escritores y escritoras portugueses?
Les pedimos que unieran su voz porque la radio es un medio oral. Queríamos que el alumnado conociera a los autores con una lectura directa de su obra o un saludo que los aproxime. Consideramos que, igual que tienen conocimiento de los personajes del cine o el fútbol, también deberían tenerlo de la literatura y contamos con la participación de escritores como Pepetela, Agustín Fernández Paz, Suso de Toro o Rexina Veiga.
— Veinte años invitan a hacer balance, ¿cómo valora la historia de la iniciativa usted que fue su fundador?
O más satisfactorio desde el punto de vista educativo es el papel que tuvo en la renovación pedagógica a finales del siglo pasado y a principios de este. Nos decía Xosé Manuel Cid, de la Facultad de Ciencias de la Educación de Ourense, que está dirigiendo una tesis sobre Ponte… nas ondas!, que para ellos es un ejemplo extraordinario de integración en diferentes ámbitos y una experiencia que conjuga educación, las TIC, patrimonio y medios. Que después de veinte años sea un referente para investigadores de la Universidad, que son los que analizan los procesos y cambios sociales, para nosotros es una satisfacción. Hay aspectos más concretos, más agradables y diversos en los que también nos hemos ido embarcando, especialmente, en la difusión del patrimonio común gallego-portugués, sobre todo el inmaterial, que se tenía muy en cuenta y nosotros quisimos valorarlo.
— ¿Y si tuviera que destacar algunos de los hechos que serían hitos en la historia de estos veinte años?
Aún hablando estos días con Agustín Fernández Paz y me dijo que en el 98 habíamos hecho la primera emisión de radio por internet. En ese año, todavía no emitía nadie y que lo hiciéramos nosotros fue una propuesta de Telefónica que nos dio la posibilidad de hacer el primer streaming. Había causado debate incluso entre el propio profesorado que participaba. El año siguiente, emitimos ya imágenes por internet, con una cámara situada en la Casa de la Cultura de Salvaterra. Hicimos el programa «Pintando nas ondas» en el que un pintor dibujaba lo que le iban indicando por llamadas en directo. Un tercer hito fue en el año 2000, cuando hicimos una videoconferencia profesional a tres bandas, con un centro de enseñanza de Río de Janeiro, otro de Maputo y una conexión desde Salvaterra. Otro aspecto importantísimo es que la experiencia desencadena un montón de actividades en los centros sobre los temas que proponíamos. En el curso 2001-2002 ya abordamos el tema del patrimonio inmaterial, cuando la Unesco acababa de proclamar las primeras obras maestras y empezamos el trabajo de destacar el patrimonio común de uno y otro lado.
— ¿Hacia dónde se dirige el camino en el futuro?
¡No se sabe! Si nos haces esa pregunta hace veinte años ni nos imaginaríamos el presente de ahora. Fíjate que en el medio, nació internet y todo cambió. Ponte… nas ondas! se fue adaptando a realidades diferentes. Ahora mismo las redes sociales suponen una forma nueva de difundir la información y está claro que el sistema educativo va a cambiar. Este año queremos demostrar que hay un abanico de posibilidades que tiene esta experiencia y que se abren vías nuevas para hacer proyectos. Barajamos también la idea de conmemorar de alguna forma los fez años de «Meninos Cantores» y de la presentación de la candidatura a patrimonio inmaterial. Pasaron diez años y la iniciativa quedó ahí, pero en este camino, el flamenco, que se había presentado entonces, ya está inscrito en ese sentido. Ahora es una medida administrativa. Todo el mundo es consciente ya de su relevancia y cumple la implicación de las instituciones. Se abren nuevas líneas importantes a travois de la Iniciativa Paz Andrade. Aprovechando la efeméride, sería interesante retomar esta iniciativa desde los centros y que la sociedad civil le reclame a la administración compromiso para la defensa de nuestro patrimonio delante de la Unesco.
